
Las agujas del reloj son constantes. No regalan ni un segundo más de vida a nadie. Sí y en mi país sigue habiendo más gente, víctimas de la adicción al consumo. Una adicción inventada por el ser humano y promovida por el mismo y la publicidad. Mientras más gente muere de hambre, más gente compra y crea necesidades de consumo. La vida de los artistas ocupa más de la mitad del periódico, se ha vuelto de más importancia y relevancia que las condiciones de la humanidad y los problemas que nos rodean. La gente ha decidido no saber más del hambre, el racismo y las drogas. Se han vuelto ciudadanos pasivos y conformistas en donde no existe la conciencia social, existe sólo consciencia propia.
Las máquinas se han apoderado del planeta. Los estándares, las modas, las necesidades creadas por los medios se han apoderado de la mente humana y han programado a todos los seres humanos, como computadoras, con las mismas creencias y gustos, como clones humanos. Pocos son los sobrevivientes que tienen voz propia. Yo he tratado de no ser absorbida por los estándares y he mantenido mi voz propia en silencio.
Hace poco mis amigos me invitaron a una fiesta, a las cuales yo no asisto, porque no me siento nunca cómoda en ellas, pero decidí ir pues después de un momento que me insistieron mis amigos, me dije a mí misma ¿Por qué no?
Entrando a la fiesta Nicole y Michael se fueron sin avisarme por lo que me perdí de ellos y gracias a que las bocinas sonaban a todo volumen encontrarlos sería un reto. Y ahí me encontraba yo rodeada de toda esta gente. Las chavas vestían prendas de ropa corta y entre más piel enseñaran mejor, por esa razón desde el principio yo no encajaba. Los chavos se apoderaban de las mujeres tomadas enfrente de mis narices y yo decidí no confiar en ellos pues ya sé su filosofía, apoderarse de todo lo que puedan mientras no haya compromiso.
Poco a poco la gente me empieza a sofocar por lo que entre al baño de mujeres. Frente al espejo las mismas mujeres reprochan su figura y hablan de 2la dienta de no comer”. Mientras en el sueño hay una mujer más o menos de quince años tirada en el suelo, probablemente porque le metieron droga al trago, ninguna amiga para a ayudarla pues los problemas ajenos no son problema de nadie en la actualidad.
Me empecé a sentir mal, me sentía atrapada en ésta realidad en la que no encajaba decidí escapar de ahí, llamé a mi padre y el vino por mí. Al subir al carro me preguntó – ¿Qué tal estuvo la fiesta? – A lo que yo respondí con tono conformista – Bien.
-A la vez que respondí pensé en mi cabeza y me dije a mí misma – Todavía no es hora, hora de de que mi voz silenciosa se revelé. Pronto seremos muchos y reformaremos la forma de pensar del mundo, y talvez con un poco de consciencia social seamos todos uno, en el lugar de preocuparse sólo de uno mismo.
2 comentarios:
muybien
saludos
Muy bien amiga rara, debo admitir que sos rara, como así que es malo crear necesidades innecesarias en una sociedad no consumista?? Me vas a dejar sin trabajoo!!!! Jajaa pero bueno!! Por eso fijo a vender TAMALes los sábados y CALDO los domingos!!
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