martes, 4 de noviembre de 2008

Convicto del amor


Ayer cuando me dijiste que yo era tu única salvación,
Yo te creí,
Pasaste el de detector de mentiras que concilia el corazón,
Cuando esta enfermo de amor,
y me engañaste.
Aquellas caricias que despiertan pasión,
Que engañan y duermen la circulación,
Y que dices, de aquellas miradas que son letales para la drogadicción,
De tu amor.

Yo mujer, como todas me enamoré,
Dí por difunto, verdades que no quería creer,
Cuando menos lo esperas descubrí tu colección de muñecas de porcelana,
Coloridas, princesas, y adictas a tus falsas palabras de trovador,
Hablan diferentes idiomas de la seducción,
Cuando yo creí tener el perfecto francés.

Algunas creen que son únicas en tu perfecto universo,
Dejas a otras con tu identidad secreta de casanova,
¡Y las dejas!
Con una pequeña muestra de tu espectáculo,
Otras te buscan porque sabes que realmente te apellidas Don Juan,
Todas se dejan llevar por falsas pasiones
Hasta llegar al transe se tu Tango de seducción.

Yo no seré más la que este detrás de tu vitrina,
No, una más de tus princesas que escondes en el castillo,
No me compres más palabras y mentiras,
Y después me busques para tu necesidad de temperatura,
Recuerda no todas jugamos a tus escondidas,

No sigas más,
No podrás,
El creer que puedes manipular y dominar,
Para salirte con la tuya,
¡Eso jamás!

No más rupturas de corazón,
No más palabrería de seducción,
No más pedidos adomicilio, para perder la razón,
No más mujeres de contrabando,

Si creyeron ser expertos en el juego de la infidelidad,
Aquí hay alguien con los pies en la tierra,
Aquí hay que no necesita de su amor superficial.
Y no será mujer de vitrina,
Princesa colorida, directa a la perdición, de la drogadicción del amor.

No hay comentarios: