lunes, 18 de agosto de 2008

Paradigma: El semáforo sólo se aplica sobre las cuatro ruedas

La luz verde, amarilla y roja del semáforo son sistemáticas y constates, más sólo en las calles.
En las venas cercanas al corazón, a veces el rojo y verde invierten sus significados, y
Se convierten en polos opuestos cambiando las rutas y direcciones de los pensamientos e impulsos.

Yo dije rojo, más tú dijiste verde.
Y el orden del rojo, verde y amarillo paró creando un accidente en las arterias del corazón.
La mente dio mil revoluciones buscando la causa del semáforo descompuesto.
La alcoholemia hecha a las neuronas dio un cuarto de positivo,
Más siempre estuvieron conscientes de que invirtieron los dos colores.
La prueba del oculista dijo que los ojos no eran daltónicos,
Más vieron verde cuando debió ser rojo.
Examinaron al corazón, su presión estaba alta y confesó latir a más de 165 pulsaciones por latido,
La mente caminó sobre la línea, pero confesó perder el equilibrio por un momento.
Ambos culpables, ambos debilitados por tan sólo un segundo.
Distraídos más encendidos,
Antes pasivos después impulsivos,
Antes a 30 Km. por hora después a 90 Km. por hora.
Precavidos y después conducidos con vendas en los ojos por el camino del manejar sin pensar hasta chocar sentimientos con pensamientos en el mismo lugar.

Las consecuencias de corazón y mente se multan a veces con lágrimas o dudas.
Y la compañía de seguros no es efectiva en casos que no involucren una constitución y que tenga que ver con accidentes del corazón.
El tránsito de pensamientos se vuelve pesado cuando choca el corazón y mente.
El semáforo se descompone en las calles de los sentimientos y las vías de la lógica.
Cuando en la Calle del corazón la luz es verde y en la avenida del pensamiento la luz es roja, sólo queda transitar en luz amarilla por las carreteras de la confusión.

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