Esta película de origen francés, dirigida por el director de cine Alain Resnais, logra una intensidad centrándose solamente en el romance de dos personajes. Logra capturar las consecuencias de la post-guerra de la II Guerra Mundial, los sentimientos encontrados, las historias de amor que no se olvidan y las dificultades que una persona pasa cuando se enamora.
A mi gusto el personaje interpretado por Marguerite Duras, es insegura, tiene una necesidad de sentirse amada y no es una persona auto-suficiente, por lo consiguiente ella al ver que le brindan lo que le hace falta, se enamora y se vuelve a la vez dependiente del proveedor de la necesidad.
El romance que ellos comparten en Hiroshima es un poco enfermo en mi opinión ya que los dos tienen cónyuges, ella no puede olvidar viejos amores con facilidad, el pareciera necesitar una aventura y se ha enamorado de alguien que le brindó intensidad por una noche, una aventura que lo sacara de la rutina. La pasión que el japonés tenía con la francesa estaba en lo prohibido de la relación entre ellos dos.
El final de película termina como debía terminar. Hicieron lo que debían hacer más no lo que ellos deseaban hacer. Ella quiere olvidar pero sabe que no le será fácil y el no quiere dejarla pero debe regresar a su vida antes de conocerla. Es un final predecible, trágico e intenso. Las últimas palabras de despedida del japonés nos hacen comprender el significado de la película, ya que los dos se recordaran mutuamente por los nombres del lugar de proveniencia, Hiroshima y Nevers. El que no se recuerden por sus nombres sino por lugares de proveniencia simboliza para mí, el no aferrarse a una persona pues esto hará mas difícil el olvido y a la vez representa algo inevitable de olvidar, algo que marca sus vidas como cicatrices, y los hace seguir viviendo sus vidas no olvidando, sino viviendo con éstas.
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