martes, 16 de septiembre de 2008

¿Amar un verbo ambiguo?


Entre cuatro paredes de incertidumbre,
No puedo esquivar neuronas que recorren los circuitos del infinito pensante.
A simple vista no encuentro la solución a la ecuación del corazón.
Todo aquel que se suma a mi persona parece tener el mismo denominador,
Resultando en síndromes de mujer malherida.

Fue el espejo que me mostró mi cruda realidad.
La manzana envenenada que me hizo dormir y despertar a la vez.
Cruce el primer plano para ver otra perspectiva de la actualidad.
Abrí los ojos y me convertí en mayor de edad.
De pronto me pareció relevante que el príncipe también fuera bestia,
Que las princesas sucumban ante drácula en una fiesta.
Aprendí que amarse a sí mismo es indispensable, aunque cuestioné si amar al prójimo era posible.
Me convertí en autora de tragedias, con letras que sólo para el ciego es legible.
Fui Actriz de papeles como Julieta y cenicienta,
Contadora de lágrimas y una historia de amor infinita
Oyente de radio de las 90 canciones tratando los falsos amores.
Víctima sin querer de trampas de los cazadores.
Acostumbrada a ser mujer que camina por la cuerda floja.
Niña que la margarita deshoja.
Culpable por ir contra mis propios principios,
Débil al seguir mis instintos.

Las agujas de reloj marcan mis pasos en la tierra,
Y no queda más que adaptarse a la evolución humana,
Sin perder el juicio de lo que lástima y sana.
Teniendo en mente que el ideal es una especie en extinción,
Más no olvidando la sangre que corre en las arterias del corazón.
Estando al tanto del mundo en donde lo que antes se callaba, se habla.
En donde la televisión te enchufa a la cabeza la ideología de lo “normal”.
Un mundo donde se cambia el prefijo homo por hetero.
Un mundo donde el verbo amar parece ser ambiguo,
Y la testosterona se apodera del príncipe azul.
En donde si se duerme con cuentos de hadas se muere,
En donde el amar es un verbo indefinido.





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